El tiempo me pide que los segundos siguientes se adentren en un albedrío de decadencias,
hazme daño, pero házmelo tanto que mi memoria cree el recuerdo de ahora y de siempre.
En mi mente relucen algunas sombras de la luz, pero aquella aún quiere seguir desvaneciéndose.
Suben enormes cuestas sin pensar que todas ellas acaban en precipicios. Saltó al abismo.

Pasan los días como quien se fuma su último cigarrillo esperando que sea eterno.
Hay bipolaridades contrarias en mi cabeza, una te mira con ojos de tristeza pensando
en lo positivo de las situaciones, sabiendo que quiere caminar hacia adelante sin compañía,
que no necesita de nadie, que es ella misma; la otra espera que vuelvas, que le salves de nuevo.

Ni siquiera mi última lágrima me hizo olvidarte,
y tan solo quiero dejarme llevar, dejarme llevar
por cualquiera que me haga olvidarte.
Quiero que vuelvas. Vuelve.