Sé reconocer la mierda en la que vivo, pero es la mierda que yo misma me he creado. Un entorno degradado y habitualmente vacio. Me gusta pasarme los días en casa, sentada en la cama, con la mirada profunda hacia un infinito, mientras mi sombra es proyectada en la pared por el deslumbre de las velas. Pasarme así las horas, pero dentro y profundamente se esconde la esperanza. Ni yo misma puedo soportar esta situacion indefinidamente, hace que me repugne a mi misma. Me iria con cualquier persona que pudiera cambiar esta monotonía que ahora mismo se repite dia tras día. And

Solía sentir esa pequeña y constante presencia de soledad y nostalgia por aquella persona que añoraba conseguir a su lado. Miraba las cosas con la quietud de encontrarle un significado equivalente a una vida entretenida por las cosas que le rodeaban. Podía aguantar esta situación hasta el punto de darse cuenta de que realmente estaba sola. Su mirada añoraba complejamente las ansias de autosuficiencia, no duraría, era consciente de ello, se derrumbaría por completo. And

Sinceramente, pensé, en que las cosas se establecerían por completo. Una vez más, me doy cuenta de que no correspondo a la gente con la que me rodeo; y haga lo que haga, no tengo las suficientes fuerzas como para forzarlo. Serán los días que pasan y obstruye lo simple en perplejidad. No me quedan más personas, sere yo misma la que se jode, y tan solo sere una inutil que destruye todo lo ocurrido en el pasado... And

Qué le hizo cambiar de opinión... ni ella misma lo sabía, vagaba moralmente perdida entre sus dos inalcanzables fines.
Pasó merodeando entre sus pensamientos, los cuales equívocos, sin hallar ninguna solución. Al fín se armó de valor para aclamar sus ilusiones y deseos que fueron tristemente rechazados por su figura materna. Ella pensó lo inédito de sus palabras, la frialdad de aquello: y esque estaba.. más perdida que nunca. Y necesitaba ayuda, ayuda, ayuda... And